No me digas que no tienes expectativas, porque es inevitable sentirlas cuando algo nuevo se avecina.
Y es que… ¿a quién no le gusta soñar e imaginarse el mejor escenario para esos sueños?
Un nuevo viaje, un nuevo trabajo, un nuevo amor, un nuevo proyecto, una nueva vida…
Queremos que sea tal y como nuestra cabeza lo fantasea. Como si de una película se tratara, todo un cuento de hadas. Y ese imaginar nos genera placer… pues nuestra mente no sabe qué es real y qué es solo imaginación. Así que, en nuestro cerebro, se genera una descarga de dopamina. Cada vez que estamos en esa ensoñación, sentimos emoción, esperanza, y muchas veces eso nos motiva aún más.
Y aunque a veces seamos conscientes de que es mejor no tener expectativas, nuestra mente sigue creando imágenes y apegándose a una idea.
“porque anticipar nos hace sentir que tenemos control sobre lo que viene, aunque sea ilusión.
Pero resulta que casi nunca nada sale como lo imaginamos. Algunas veces sale mejor, otras peor, otras totalmente diferente… y no es hasta mucho después que nos damos cuenta de que fue lo mejor que pudo haber pasado. Y otras veces, sí, sucede algo parecido a lo que esperábamos.
Pero entonces… ¿qué pasa cuando no sucede lo que imaginamos?
Cuando el proyecto no sale, la relación falla, el nuevo trabajo no era tan divertido como sonaba —o no te lo dieron—, el viaje fue un desastre, la nueva amistad dejó de existir…
Cuando se caen las expectativas, se siente como…como si fueras alegre, caminando, disfrutando el sol, y de repente te cayera un balde de agua helada. Como cuando vas caminando, pisas mal y casi te caes… Esa sensación parecida a cuando estás soñando y brincas porque te ibas a caer.
Una mezcla de derrota, frustración, pérdida, tristeza.
Un suspiro largo y profundo, sosteniéndolo sin dejar salir el aire. Un dolor en el pecho, como si se nos estuviera rompiendo. Un vacío en el estómago y hasta la necesidad de llorar…
¿Cuántas veces no hemos pasado por ahí?
¿Y sabes por qué?
Porque durante el mes de prueba del trabajo nuevo, los dos meses que llevas saliendo con alguien, o las tres semanas de espera para una respuesta… tu cerebro ha estado recibiendo dopamina mientras imagina lo perfecto que será todo. Entonces, un día, al dejar de recibir ese estímulo de forma tan repentina, empieza a liberar otras sustancias asociadas a la tristeza o al rechazo, como el cortisol, que es la hormona del estrés.
Yo he estado ahí.
He sentido esos bajonazos repentinos de energía.
Me he sentido frustrada cuando algo no sale como esperaba…
Pero ahora que conozco cómo funciona mi cerebro, y que sé que —aunque quiera— para mí es inevitable tener expectativas (más aún por lo soñadora que soy), entonces, me permito sentir, observar cómo está mi cuerpo y qué necesita.
Lo escucho. Quizás necesita sentarse a llorar, respirar, escribir o llamar a alguien y contarle.
Dejo que salga. Que no se quede adentro.
¿Y sabes qué me ha servido a mí?
Elegir una canción que me guste y que sé que me hace sentir bien, que me activa la energía, y ponerla. Cantar. Bailar. Mover mi cuerpo.
¿Por qué?
Porque la música estimula la liberación de dopamina —la misma que antes estaba asociada a esa expectativa—, pero esta vez no por algo que imagino, sino por algo real que estoy viviendo: El movimiento, el placer en el presente.
También se activa la oxitocina y la serotonina, que son hormonas asociadas al bienestar, la conexión y la regulación emocional.
Y si bailas, liberas endorfinas que reducen el cortisol…
Como dijo Cabas:
🎶✨ El cuerpo es tu instrumento. Muévelo como se te dé la gana.✨🎶
Entonces, no estás negando ni ocultando lo que sientes, pero estás eligiendo moverte, devolverte la alegría. Eso también te da poder y confianza contigo misma. Porque tú misma te sacas de las pequeñas o grandes tormentas. Eliges hacer algo y no quedarte en el papel de víctima.
Es como decirte a ti misma:
Ok, no todo salió como esperabas… pero aquí estamos.
Bailando. Saltando. Amando el proceso… VIVIENDO.”
Hoy, Martes de Arte, te invito a que encuentres esas canciones que te hacen subir el ánimo, que te hacen mover el esqueleto, o que, cuando las cantas, te sientes inspirada y liberada.
✨ Para que un día, cuando se caigan tus expectativas, recuerdes que te sigues teniendo a ti…
Y que tu poder está en eso: elegirte y acompañarte a vivir.
Gracias por leer y escuchar mis historias y lo que tengo por decir.
Me despido por ahora…
Deseo que tengas un feliz día, una feliz semana y una feliz vida.
Y que disfrutes tu martes de Arte.
Con amor:
Lauleft 💖✨
💬 PD:
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Normalmente pasa, nada sale como uno quiere, pero ni modos se intenta hacer las cosas.